Yareli espera que la cuarentena acabe pronto para poder ir al proyecto, y “cantar, y alabar a Dios y dibujar más y más”.
“Lo que hacemos en el trabajo es lo que Compassion siempre ha hecho con las iglesias socias, y todo el entrenamiento que recibí durante mi tiempo allí es sin duda una de las razones principales por las que estoy desarrollando bien este rol”, dice Ada con humildad.
“Cuando escuchamos las noticias aquel domingo, convocamos a una reunión de emergencia el lunes. Desarrollamos un plan estratégico e identificamos a las familias más vulnerables para apoyarlos primero”, cuenta Debora Cuesta, Facilitadora de Sociedad.
Todas las mañanas, Rosa Albarracín, nutricionista licenciada y graduada del programa de Compassion, se levanta muy temprano y se pone su uniforme, guantes y máscara. Revisa con cuidado que lleva su desinfectante en el bolso y, a pesar de la pandemia, sale a trabajar. Rosa pertenece al equipo de Ministerio de Salud que monitorea a los pacientes que han dado negativo a la prueba del COVID-19.